Dentro de
la programación del Máster de Medicina de Urgencia en Montaña y Medios Inhóspitos
(MUMMI) de la Universidad Camilo José Cela (UCJC), se ha realizado un taller dedicado a la Medicina de Expediciones en Marruecos, en la cordillera del Atlas, la última semana de febrero .
En este
taller han participado los dos directores del citado máster y dieciocho
alumnos. Se contó con la colaboración docente de dos instructores del Centro de
Adiestramientos Especiales en Montaña (CAEM) de la Guardia Civil y un Especialista
de Rescate en Montaña, actualmente en la reserva.
El sábado
25 de febrero los médicos y enfermeros del Master MUMMI junto con efectivos de
la Guardia Civil de montaña ascendían con técnicas específicas de movimiento en
nieve, crampones, piolet y esquís al Monte Toubkal, de 4.167m de altitud, el
más alto de la cordillera del Atlas y de Marruecos. Acompañaban al grupo el
Teniente Saidi y el Gendarme Salama, de la Gendarmerie Royale de Marruecos.
Esa
misma mañana, una pareja de suizos –Katherina Fischer y su novio- ascendían por
delante del grupo español. A las 10:30 am esta pareja llegó al collado Tizi, a
3.980 metros, se acercaron hasta el borde para hacerse una foto y se desplomó
la cornisa que esos días se había formado. El novio de Katherina pudo sujetarse
y fue ayudado a subir por un guía marroquí que estaba también en el collado,
pero Katherina calló por el corredor que hay al otro lado del collado.
El
ascenso al Toubkal no conlleva una gran dificultad técnica, más allá del
problema que supone la altitud y la nieve de la temporada en la que nos
encontramos, que requiere del conocimiento de técnicas de progresión en montaña
invernal. A pie del refugio hay ahora mismo 1 metro y 60 cm de nieve acumulada.
El grupo del MUMMI recibió el aviso del accidente cuando estaban llegando al
citado collado, a 180 metros de la cumbre de esta montaña.
Los dos instructores
del CAEM de la Guardia Civil -los cabos Alvarez y Arroyo-, junto con los expedicionarios
del MUMMI se ocuparon rápidamente de organizar un rescate desde el mismo collado,
con medios de circunstancias y de "acordonar" la zona peligrosa con una barricada de esquís.
La situación no era fácil. Había que descender
con cuerdas ya que la vertiente sur del
collado tiene una inclinación de 45 grados, con resaltes verticales de entre 20
y 60 metros. Se instalaron las cuerdas que llevaba el grupo de la UCJC y una
más que prestó un grupo de ingleses que estaba también en la zona. Los
españoles iban equipados con casco, arnés, crampones y piolets.
El
equipo formado por 4 españoles, un guía checo y otro marroquí presentes en el escenario,
hicieron varios rápeles, buscando a Katherina. El equipo de españoles preparó
un arnés de circunstancias para que el guía marroquí pudiera bajar con
seguridad, ya que pretendía destrepar sin ningún dispositivo de seguridad. Un tercer
enfermero se quedó en la canal al final del primer rápel –haciendo de enlace
entre la radio de los que bajaban y la radio del collado- y varios médicos
del Master MUMMI permanecían en el collado a
la espera de saber si Katherina era localizada con vida. Los sanitarios y la
Guardia Civil iban preparados con material suficiente como para pasar la noche
con la accidentada, montar un punto caliente y administrar la analgesia
suficiente a la accidentada.
El
descenso era complicado y peligroso, dada la inclinación del corredor, la
cantidad de nieve y el escaso material disponible para equipar tantos metros de
recorrido. La progresión la realizaban sobre unos 20 cm de nieve recién caída,
que se desprendía con facilidad, sobre una capa de hielo y nieve dura, de cara
a la pendiente, con crampones y dos piolets. Las cuerdas permitieron salvar los
primeros resaltes y seguir el rastro de la nieve que había caído desde la
cornisa del collado.
Descendieron
cerca de 600 metros por el corredor -todo lo que permitieron las cuerdas
disponibles- desde donde los Guardias Civiles llamaron por teléfono satelital al
Agregado Militar español en Rabat, dándole las coordenadas GPS del punto hasta donde
habían podido llegar, así como la dirección en la que la mujer podía encontrarse,
a la vista del depósito de nieve. Esta información fue decisiva al día siguiente para localizar a la montañera suiza.
La
dirección del máster estaba en contacto desde el collado Tizi, por medio de los
radiotransmisores de la organización, tanto con los rescatadores como con la Gendarmerie
Royale, pendientes del rescate, supervisando los anclajes del rápel de
circunstancias y vigilando la zona, ante el riesgo real de coladas de fusión
que estaban cayendo en los aledaños del corredor, que podían barrer a los
Guardias, enfermeros y guías que habían descendido en busca de la mujer. Los
dos miembros de la Gendarmerie Royale que acompañaban al grupo de españoles
estuvieron informando a su Comandancia desde el collado donde seguían el
operativo de rescate, para activar un helicóptero de rescate.
La
caída de 3.980 a 2.800 metros era asombrosa. El equipo no disponía de más
medios para seguir bajando con seguridad. Por otro lado, la Guardia Civil no
había encontrado ni un solo rastro de Katherina: ni sangre, ni ropa, ni
material de montaña de la chica; sólo los indicios de la nieve removida durante
la caída. Por ello, y dado el riesgo que se estaba corriendo, se planteó un
acceso por el valle para intentar localizar a Katherina a la mañana siguiente.
Los guías marroquís y la Gendarmerie Royale organizaron el rescate que terminó
con final feliz.
La
montañera había caído casi mil metros sobre una “alfombra” o “plancha” de
nieve, la placa que conformaba la cornisa que se había desprendido, resbalando
por los corredores y saltando los resaltes. Iba bien abrigada y pudo hacerse
una cueva de nieve donde pasó la noche. Al día siguiente, por la tarde, fue
localizada por el equipo de socorro marroquí. Presentaba una fractura -
luxación de la cadera derecha, hipotermia leve y magulladuras.
Sin desmerecer la entrega y persistencia del guía marroquí para con esta accidentada, el vídeo que hizo él mismo es para aprender a cómo NO debe evacuarse a un paciente por una pendiente de nieve. con una fractura o luxación de cadera.
La
intervención de los especialistas de la Guardia Civil de Montaña fue decisiva
para la localización de la víctima. La participación de los médicos y enfermeros del Master MUMMI fue un ejemplo práctico de los objetivos que se persiguen con este estudio oficial de postgrado que se imparte en la Universidad Camilo José Cela. El teniene Saidi, de la Gendarmerie Royale
nos ha dicho:
“Votre action avait une
grande importance pour trouver la femme! J’ai trop apprécié le soutien et
l’engagement de tout les éléments pour cette mission”.
En este vídeo se ve la zona y la intervención del helicóptero de la Gendarmerie Royale -no apto para el rescate en montaña-, pero que permitió aproximar una camilla y más efectivos.
El MUMMI, continuó
con posterioridad su trabajo docente a más de tres mil metros, con la alegría
de haber conseguido la cumbre del Toubkal en condiciones invernales y de haber
colaborado en el salvamento de esta alpinista que tuvo a la vez la desgracia de
sufrir un grave accidente y, al mismo tiempo, la fortuna de haber salvado su vida.
Los Cursos
Universitarios de Especialización de Medicina de Urgencia en Montaña (CUEMUM)
los puso en marcha el Dr. José Ramón Morandeira en los años 90 para formar
médicos y enfermeros que acompañaran a los profesionales del rescate en montaña,
con los objetivos de prestar asistencia médica in situ a los accidentados, disminuir la mortalidad y las secuelas
que presentan estos pacientes, además de proporcionar la analgesia suficiente sobre
el terreno. Para ello, estos sanitarios han de poder llegar hasta el
accidentado en montaña con seguridad, saber hacer medicina de urgencia en medio
difícil, aislado y hostil, y ser capaces de colaborar con los equipos de
rescate, como bien han demostrado en este caso. Los CUEMUM, desde 2016, se
imparten en la Universidad Camilo José Cela, dentro del Máster Oficial de
Urgencias en Montaña y Medios Inhóspitos (MUMMI), el primero con reconocimiento
en todo el Espacio Europeo de Educación Superior y que cuenta con los avales de
la CISA (Comisión Internacional de Socorro Alpino), la UIAA (Unión
Internacional de Asociaciones Alpinas), la ISMM (Sociedad Internacional de
Medicina de montaña) y la SEMAM (Sociedad Española de Medicina y Auxilio en
Montaña).