Era un mes de marzo de 1980 cuando
la primera expedición aragonesa al Himalaya aterrizaba en Nepal para dirigirse
al Baruntse. Una cima de 7.220 m. que hasta entonces sólo había alcanzado una
expedición de Edmund Hillary en 1954 por la arista sur. Después lo intentaron
los franceses y los japoneses en 1964, sin éxito.
El grupo formado por Pepe Díaz,
José Manuel Blanchard, Gonzalo Prado, Javier Escartín, Lorenzo Ortas, Jerónimo
López, Carlos Buhler y José Ramón Morandeira componían esta primera expedición
aragonesa al Himalaya organizada para conmemorar el cincuenta aniversario del
club zaragozano Montañeros de Aragón. El 27 de abril cuatro de ellos hicieron
cima después de abrir una nueva vía, “la
de los aragoneses”, por la arista este.
El médico de esa expedición fue un
joven doctor José Ramón Morandeira que alcanzó el Baruntse Shar, de 6.200 metros, junto con Blanchard y Pasang
Sherpa. Pero los logros deportivos no eran una prioridad en su vida, a pesar de
los reconocimientos y condecoraciones que recibió por ellos. José Ramón
Morandeira fue un enamorado de la montaña, pero también de los montañeses. Sus
fotos de aquella expedición revelan un Himalaya del Nepal que causó un gran
impacto en lo más profundo de su ser, hace ahora treinta y siete años.
Siempre se preocupó por atender a
los que vivían en aquellos valles por donde transitaban las marchas de
aproximación a los campos base de las grandes montañas. Para mi fue un orgullo poder
ayudarle como médico en las expediciones al Himalaya que compartimos y en las
que tratamos a cientos de personas que carecían de lo más básico. José Ramón entendía,
y así lo manifestaba y demostraba, que los montañeros aragoneses tenemos un
deber para con los montañeses de Nepal. Este interés y esta inquietud mueven
los proyectos que tiene en Nepal la Asociación de Medicina de Montaña José
Ramón Morandeira, para los que siempre tenemos el apoyo de la Federación
Aragonesa de Montañismo.
La Asociación se creó para
conservar y aumentar el legado del Dr. Morandeira en Medicina de Montaña,
abarcando aspectos de prevención, formación (de usuarios y profesionales de la
montaña), asesoramiento médico, investigación, seguridad, cooperación para el
desarrollo y colaboración internacional.
Tras los terremotos de 2015, la
asistencia médica y cooperación para el desarrollo la hemos centralizado en
zonas de montaña alejadas del tráfico rodado, donde la ayuda que llega es
escasa o nula. Para las misiones humanitarias en estos valles de montaña
necesitamos:
- *Médicos y enfermeros CUEMUM (Cursos Universitarios de Especialización en Medicina de Urgencia en Montaña) que ahora se forman en la Universidad Camilo José
Cela (UCJC): http://tassica.com/index.php/oferta-formativa
- *Soporte económico para la estancia de los voluntarios.
- *Medicinas y material médico, equipamientos agrícolas,
material escolar, suplementos nutricionales.
- *Dinero para el transporte de la mercancía hasta los
valles de montaña (10 euros/kg desde que recibimos las donaciones aquí hasta
que los colocamos en destino).
- - *Patrocinadores para la educación de los niños y
jóvenes.
Las dificultades son muchas, pero
conseguimos seguir adelante. Contamos con dos convenios de colaboración con
Fundaciones de Nepal, el reconocimiento del Cónsul de Nepal en España, D. Lluís
Belvís, y de la Cónsul de España en Nepal, Mrs. Ambica Shrestha, a quien
entregamos en 2016 la insignia de plata CUEMUM-JR Morandeira por su inestimable
colaboración y compromiso.
El 3 de marzo llegamos a Kathmandu
con 700 kg de material para equipar el centro médico de Chhokang Paro y el
colegio de Lhar, prestar asistencia médica y hacer educación para la salud.
Somos un cirujano, una médico CUEMUM, una enfermera CUEMUM y un guía de alta montaña
especialista de rescate de la Guardia Civil, los que nos desplazaremos entre
los 2.350 de Chumling y los 3.700 metros de Mu Gompa llevando el espíritu del
Dr. José Ramón Morandeira a los montañeses del Himalaya.
Llevamos muchos kilos de ayuda y
mucho ánimo, pero también necesitamos poder comprar en Kathmandu una báscula
pesa-bebés, una camilla para partos, una estufa calienta-bebés, los armarios
para la consulta, suplementos nutricionales para los niños desnutridos que
hemos detectado, un potabilizador de agua y pagar el helicopter que suba la
carga. Para ello, esperamos contar con la ayuda económica de los montañeros y
los montañeses de Aragón que quieran ser solidarios con el Tsum Valley y
colaborar en el desarrollo sostenible de la población tibetana que en él habita.
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