SOBRE EL TERRENO
El
grueso del equipo de MONTAÑAS DE ILUSIÓN se ha trasladado hoy de Syabru Besi
(1.503 m) a Thulo Syabru (2.210 m); poco más de dos horas de camino cuesta
arriba. Debe ser algo así como Syabru de
Abajo y Syabru de Arriba, digo
yo, pero conste que no hay nada que fundamente esta reflexión.
Han
salido a las 6 am para estar a las 8 en Thulo porque llegaba el helicóptero de
Kathmandú con ropa y comida que habían preparado Ana y Jesús. De esta manera,
han ayudado a descargar y a repartir todo el cargamento. Cada uno de los niños
ha recibido por lo menos una prenda de abrigo.
En
Thulo han recibido mucha ayuda de una ONG australiana, que ha construido un
Health Post (Puesto de Salud) que abre todas las mañanas y que lo llevan dos
enfermeras nepalesas que reciben un salario de dicha ONG. Hemos hecho una
donación de material sanitario y también alguna asistencia que requería médico.
Lo
que más prisa corre es reconstruir el colegio. La ONG australiana ha hecho un
cobertizo provisional con chapas que es extremadamente frío. Thulo está a más
de dos mil metros y ya estamos en noviembre. Los niños que van a este colegio
(entre 5 y 14 años) necesitan ropa de abrigo. Hacen falta muchas ganas de
aprender para ir al cole en estas condiciones.
Una de
las maestras del colegio ha explicado que se ha hecho un libro que promociona
los trekkings en el Bajo Langtang para conseguir fondos para rehacer el colegio
y hacer uniformes para los alumnos, pero que el tiempo no juega a favor de
estos niños y eso que no les falta entusiasmo. Han disfrutado mucho jugando con los globos que les hemos dado.
Un
hombre que se han cruzado por el camino y con el que este equipo tan
dicharachero ha entablado conversación, ha explicado que dentro de lo malo, Thulo
está mucho mejor que otros pueblos porque tiene algunos turistas. Por ejemplo
Gaatlang, donde vamos mañana, no ha recibido ninguna ayuda y son mucho más
pobres.
En
Kathmandu, a 180 km de Thulo, nos hemos batido el cobre con los funcionarios
del aeropuerto para recuperar los bidones que llegaron ayer en el vuelo de la
Turkish. Gracias a Mikel, Amparo y un montón de colegas suyos, los bidones han
entrado en el hotel a las dos de la tarde; abiertos, golpeados, con uno de los
aros rotos, sin candados, pero han llegado.
Ha
sido un día de muchas gestiones para tener el transporte asegurado mañana hasta Syabru
Besi, la gasolina, recargar los tres móviles de Nepal, pagar las
facturas de estos días, cambiar euros a rupias, imprimir las últimas
cartas/permisos para pasar los controles de policía y hacer un par de compras
de útima hora. Mañana a las 6 am salgo con Nawa, el hijo de Dawa, en un TATA 4x4
para reunirme con el resto del grupo.
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