viernes, 4 de octubre de 2019

PRIMER CONTACTO

   Nepal tiene una superficie (147.181 km2) similar a la de Portugal y Galicia juntas, con una población de 29.000.000 habitantes (censo 2017), de los que 1.376.000 viven en la capital a 1.400 m de altitud. De norte a sur hay 193 km y en tan poco espacio pasamos de los 60 m de altitud en las llanuras del sur que hacen frontera con la India a los 8.848 metros del Everest en el norte del país, en la frontera con Tibet. De este a oeste 885 km. 
La región del FAR WEST está de verdad lejos de Kathmandu, muy a desmano de cualquier ruta turística. Nos hemos trasladado hasta una de sus provincias, Bajhang District, donde se llega después de 36 horas de autobús o de hora y media de vuelo hasta Dhangadi, en el sur, más 11 horas de jeep por caminos y pistas de difícil transitar, castigadas por los derrumbamientos frecuentes, las lluvias y el tráfico pesado. En cualquier caso, se necesitan entre uno y dos días hasta que se llega a Chainpur, la capital, donde viven unas 20.000 personas; para centrarnos, algo así como Barbastro, Calatayud o Alcañiz.
     Los niños corrían detrás nuestro como si fuéramos una atracción, que lo éramos: aspecto occidental, ropa diferente, caras pálidas, pelo rubio o corto, una mujer al mando, nada en consonancia con los cánones locales, hablando raro y enseñando papeles a la policía y los militares que custodian el orden en la ciudad. 

      Está bien que haya controles, por un lado se confirma que contamos con los permisos necesarios para llevar a cabo el proyecto sanitario, de acuerdo con las autoridades sanitarias locales, y por otro, saben que por allí hay un grupo de europeos, que nunca se sabe cuándo puede haber otro terremoto. En esa zona casi nadie habla inglés, así que llevamos los papeles en nepalés, y Shyam, nuestro guía, termina de hacer las aclaraciones oportunas.
      Este es el último punto donde hay wifi para internet y WhatsApp, tenemos por delante el camino a Talkot y desde allí entramos en el Valle del Saipal; un valle en el que viven unas 3.500 personas, en el valle de Benasque vivimos 3.757 (censo 2018). Con una distancia a pie entre Talkot y la frontera del Tibet similar a la que tenemos entre Seira y Francia, pero con los desniveles acumulados de Nepal. Cruzamos el puente de Talkot y nos despedimos de la civilización que conocemos.
Puente de Talkot
       Después de haber estado en el Manaslu poco después de que se abriera al turismo, hace años ya, cuando no había todavía lodges construidos y se hacía el treking con tiendas de campaña y cocinero, de haber pateado los Annapurnas, Jomson, Pokhara, el valle del Khumbu, el Tsum Valley, Langtang, Tamang Heritage Trail... cada uno de estos destinos de grandes atractivos, con sus pueblos, gentes y costumbres, parece que Nepal no te va a sorprender... ¡qué va! Cada zona, cada valle, cada pueblo tiene algo diferente y novedoso que ofrecernos.  Y este valle del Saipal impresiona por la belleza de sus "colinas" (así llaman a las montañas "bajitas" y estamos por encima de los 2.500 metros), sus terrazas de arroz, el decorado de las cimas de 6.000 y 7.000 metros al fondo, los ríos, los pueblos y casas que salpican las laderas empinadas, sus gentes amables y los muchos niños que aquí viven.



Los pueblos que salpican estas laderas mantienen una clara arquitectura tradicional, casas de piedra de una o dos plantas con techos de pizarra y puertas de madera, al más auténtico estilo montañés, merecedores de una de esas distinciones turísticas modernas de PUEBLO MÁS BONITO.










Esta zona es hinduista, no hay banderas de oración (alguna perdida hemos visto), ni chortens, ni monasterios budistas; pero la verticalidad y dimensiones de las laderas aterrazadas con el arroz a punto de ser recogido, son sobrecogedoras, de gran belleza, una de esas maravillas de la naturaleza que no está al alcance de todos. Las diferentes tonalidades de verde que nos ofrece esta época del año son asombrosas, ¡aquí quiero ver a mis hijos varones que dicen que sólo hay verde claro y verde oscuro! 


María Antonia Nerín








                                                  Podéis hacer vuestras donaciones en:

BBVA (Fundación Edurne Pasabán): ES12 0182 0300 15 0201552754


BANKINTER (Asociación José Ramón Morandeira-CUEMUM): ES73 0128 0402 59 0100028421

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